Hay varias formas de comenzar una labor. Las mías siempre las empiezo intentando que me quede de la forma más curiosa, es decir, intento no hacer demasiados nudos a los hilos, pues el revés de una labor es tan importante como el derecho, y a veces, si los nudos son gruesos, nos la estropearán.
Cuando el trabajo es con madejas, corto el hilo en un trozo no muy grande para evitar que se enrede y pierda brillo. Las madejas traen cabos con 6 hilos. Cojo sólo un hilo y lo doblo por la mitad, y cogiendo las dos puntas las enhebro en la aguja. Paso ésta por el revés de la labor, la saco por el derecho y vuelvo al revés, pasando a su vez la aguja por enmedio del hilo, estiro, y consigo hacer un nudo invisible.